viernes, 15 de enero de 2010

EL MITO DE SISIFO

"No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, sino que apura el recurso hacedero"
Pindaro

Así comienza un excelente ensayo de Alberta Camus, en el que él extraordinario filosofo discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando a Sisifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fabricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas.
De esta forma plantea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo tan fútil, Camus pregunta, ¿que alternativa hay al suicidio? De hecho el ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.
Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinario astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente.
Camus desarrolla la idea del "hombre absurdo", o con una "sensibilidad absurda". Es aquél que se muestra perpetuamente consciente de la completa inutilidad de su vida. Esta, afirma es la unica alternativa aceptable al injustificable salto de fe que constituye la base de todas las religiones (por otra parte también absurdas). Aprovechándose de numerosas fuentes filosóficas y literarias, y particularmente de Dostoievski, Camus describe el pprogreso histórico de la conciencia del absurdo y concluye que Sisifo es el héroe absurdo definitivo.
En su ensayo, Camus afirma que Sísifo experimenta la libertad durante un breve instante, cuando ha terminado de empujar el peñasco y aún no tiene que comenzar desde abajo. En ese punto, Camus sentí que Sísifo, a pesar de ser ciego, sabía que las vistas del paisaje estaban ahí y debía encontrarlo edificante: "Uno debe imaginar feliz a Sísifo", declara, por lo que aparentemente lo salva de su destino suicida.

Fuente: Wikipedia

3 comentarios:

  1. Bueno... tema espinoso donde los haya. ¿Tiene razón Camús? ¿Vivimos el absurdo y el único planteamiento de real lógica es el suicidio? No seré yo quien lo niegue; aunque tampoco secundo la idea. Si la vida es insignificante o no, me parece, nunca mejor dicho, una cuestión insignificante. Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos pensado en el suicidio. Pocos, afortunadamente, son los que lo llevan a cabo. Uno puede creer, incluso estar convencido, de que su vida no tiene valor. Es más, incluso puede que esté en lo cierto. Pero hay una verdad inamovible: insignificante o no, es la única vida que tienes, y si no la tienes, ya no tienes nada. Yo creo que, más que encontrarle sentido, hay que encontrarle ganas. O se quiere o no se quiere vivir.

    Un beso, Fly. Un placer leerte (venga de donde venga la fuente)

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  2. Gracias Paula por tu comentario, a ti tambien es un placer leerte, espero con ansiedad tu proximo relato.

    Flywheel

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  3. Desde luego que tal y como planteamos a veces esta vida quizá seria mejor no subir ni una sola vez más esa piedra, aun cuando no pudiésemos contemplar -sin ser ciegos-, la panorámica al llegar arriba y recibir esa pequeña satisfacción. Pero...
    creo que hay muchas pequeñas cosas que merecen la pena; hasta lo más absurdo, como es ir a trabajar todos los días para que te den a final de mes unos cuantos papeles de diferentes colorines, tiene algún valor. Y no me refiero a algo material sino a la satisfacción de hacer algo que pueda resultar enriquecedor por difícil que pueda ser la tarea de encontrale sentido.
    Pero como esto no son más que divagaciones de mi mente alborotada, llena y dispersa no habría que tenerlas en cuenta. Son sólo opiniones muy discutibles.

    Un beso, Fly. Seguiré por aquí.
    Eugenia

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