Afirmo aquí, para todos aquello que me sucederán un día, que no hay nada sobre este planeta en lo que yo debería creer y que la única salvación posible es el olvido. Me gustaría poder olvidarlo todo, olvidarme de mi mismo y olvidar el mundo entero. Las verdaderas confesiones se escriben con lágrimas únicamente. Pero mis lágrimas bastarían para anegar este mundo, como mi fuego interior para incendiarlo. No necesito ningún apoyo, ninguna exhortacion, ni ninguna compasión, pues, por muy bajo que haya caído, me siento poderoso, duro, feroz... Soy, en efecto, el único ser humano sin esperanza. Ese es el colmo del heroísmo, su paroxismo y su paradoja. ¡La locura suprema! Debería canalizar la pasión caótica e informe que me habita para olvidarlo todo, para no ser ya nada, para liberarme del saber y de la conciencia. Si me obligasen a tener una esperanza, solo podría ser la del olvido absoluto. Pero entonces ¿no se trataría de una desesperanza? Semejante "esperanza" ¿no constituye acaso la negación de toda esperanza? No quiero saber ya nada, ni siquiera el hecho de no saber nada. ¿Por que tantos problemas, tantas discusiones, tanta vehemencia?
CIORAN
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