martes, 23 de febrero de 2010

FELICIDAD, CONSEJOS PRACTICOS

Un subproducto maligno de nuestra cultura es la valoracion de las cosas y la no valoracion de la felicidad. Y evidentemente, no se puede conseguir algo que no se valora. Una historieta judia dice asi: "Un hijo manifiesta a su padre su deseo de casarse con la señorita Klein. El padre se opone porque la señorita Klein no aporta nada. El hijo replica que solo sera feliz si se casa con la señorita Klein. El padre le dice: Ser feliz..., ¿de que te servirá eso en el futuro?

2 comentarios:

  1. Interesante observación. Quizá no valoramos la felicidad en la medida en que deberíamos. Aunque, en este caso, no me decanto por dar la razón ni al padre ni al hijo.
    Al padre, por tajante. ¿De qué le servirá la felicidad? Opino que, si bien no tiene aplicaciones aparentemente útiles, resolver los pormenores (y mayores) de nuestra vida partiendo de la felicidad sin duda es una ventaja.
    Al hijo, por una perspectiva demasiado inocente. ¿Ha vivido alguna vez con Klein para afirmar que sólo será feliz con ella? Los humanos (me temo), nos equivocamos a menudo al decidir qué nos hará o no felices. Imaginar nuestra vida no es lo mismo que experimentarla.

    Saludillos de viernes, Fly.

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  2. la felicidad te ayuda a afrontar la vida

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